Hoy ha ocurrido un milagro, un evento cósmico, un auténtico punto de inflexión que me ha cambiado la vida.
Por ponerte en antecedentes, en mi armario hay dos cajones que abro todos y cada uno de los días de mi vida, en ocasiones varias veces.
Llevo viviendo en este piso casi cuatro años. Cuando llegué aquí, el cajón de abajo estaba atascado y obstaculizaba la apertura del de arriba. O sea, que todos los días desde los últimos cuatro años he tenido que abrir los dos cajones cada vez que quería algo del de arriba.
Pues bien, esta mañana, sentado en la cama mirando al infinito frente al armario abierto, de pronto, una mariposa ha batido sus alas en Singapur, un huracán se ha desatado en Arizona y una neurona que llevaba años desactivada en mi cabeza ha decidido despertarse.
¿Y si el cajón no está bien puesto?
Diez segundos.
Diez segundos me ha costado sacar el cajón y volver a colocarlo en la posición correcta.
Diez segundos frente a cuatro años.
Puede parecer una tontería, pero no lo es en absoluto.
Durante estos 4 años he dado por hecho que el cajón estaba roto o atascado. Me he resignado a tener que abrir los dos cada vez. He asumido que era un pequeño detalle que formaba parte de mi vida. Y así lo ha sido unas 5.840 veces, aproximadamente. Repito 5.840 veces. Y en 10 segundos se ha resuelto. Para siempre.
Por eso, hoy me gustaría dedicar estas líneas a todas esas cosas que podrían resolverse si tan siquiera nos parásemos a analizarlas durante un pequeño instante.
Hoy te invito a que pienses en ESO. En eso que crees que está roto en tu vida y que no tiene solución.
Hoy te invito a que pienses en esos desacuerdos constantes sobre la custodia de tus hijos,
En esa pensión de alimentos insuficiente o excesiva,
En ese ser querido enfermo que necesita un tutor,
En ese problema con el vecino que no se resuelve,
En esa persona que te está haciendo la vida imposible,
En esa deuda que no hay forma de que te paguen,
En ese contrato con cláusulas abusivas que firmaste,
En ese inquilino que siempre se retrasa con el alquiler,
En esas amenazas que te tienen atemorizado,
En esa estafa de la que has sido víctima,
En eso que compraste y que tiene vicios ocultos,
En esa herencia que no hay forma de resolver,
Y a que te preguntes,
¿Y si el cajón no está bien puesto?
Si tiene solución, te invito a que lo resuelvas. De inmediato. En diez segundos. Para siempre.
Sin embargo, si crees que no lo puedes hacer, si sientes que necesitas ayuda, no dudes en ponerte en contacto conmigo.
Lo que más me gusta de mi profesión es que me brinda la oportunidad de ayudar a personas a resolver esos problemas que les atormentan, a arreglar esas cosas que parece que no tienen solución.
Por eso, si me necesitas, no lo dudes, cuenta conmigo.
Si tiene arreglo, lo arreglaremos.
Juan Manuel Aguado Ramon,
Siempre contigo.



